Los distintos tipos de desnutrición hablan de una patología provocada por una dieta incorrecta, baja en calorías y en proteínas. Puede tener lugar por factores sociales, como las hambrunas de los países subdesarrollados, o por una deficiencia del organismo –llamada anorexia-, que puede ser incapaz de absorber valores nutritivos. La desnutrición se presenta de manera devastadora durante el embarazo, la etapa fetal, la lactancia, la niñez y los últimos años, afectando en la actualidad a uno de cada seis adultos, y uno de cada tres niños. Existen tres tipos de desnutrición principales:
Desnutrición primaria:
Esta desnutrición es aquella que se presenta por la alimentación insuficiente. Su principal característica es la pobre ingesta de nutrientes. Está presente, en mayor medida, en los países subdesarrollados cuyas condiciones socioeconómicas y culturales son marginales. Muchas veces ésta patología es, en términos sociales, hereditaria, y se presenta en la etapa de embarazo, lo que da lugar a la desnutrición crónica, que es el retraso en el crecimiento por malas condiciones alimenticias que en el futuro podrán provocar graves enfermedades en las víctimas. Padecimientos como el marasmo (forma seca) o el Kwashiorkor (forma húmeda) son provocados por la ausencia de nutrientes, el retiro prematuro de la leche materna y su reemplazo por alimentos con un alto contenido de carbohidratos, y por la ausencia de proteínas en las ingestas. Diariamente mueren más de cincuenta mil personas por desnutrición, y quinientos mil niños quedan ciegos al año por déficit de vitamina A.
Desnutrición secundaria:
Esta clase de desnutrición se debe a otros trastornos fisiopatológicos tales como la imposibilidad de absorber, retener, almacenar, utilizar o excretar ciertos nutrientes por parte del organismo. Ésta deficiencia interfiere en la digestión provocando enfermedades estomatológicas como la anorexia o el vómito, e impide que cuerpo humano se sirva de los requerimientos energéticos necesarios para su correcto funcionamiento. La desnutrición secundaria puede devenir en diabetes, anemia, enfermedades pulmonares, cardiopatías, alteraciones en los riñones o deficiencias futuras en el sistema nervioso central.